Reconocemos que las escuelas han sido diseñadas de una forma similar a las cárceles, con un objetivo claro y común que es controlar y vigilar, transformando el alma del estudiante en un sujeto de conocimiento, pero también en un sujeto moral para serle útil a la sociedad.
Pero actualmente, ¿Cuánto queda de cárcel en nuestro colegio? ¿Qué cambios se produjeron? ¿Debería volver a ser como antes? ¿Qué es lo apropiado en estos momentos?
Hace unas décadas atrás, la educación se basaba en métodos rígidos y estructurados, que formaba a los alumnos en seres sin libertad, transformandolos en individuos en serie y reprimidos que no se diferenciaban de sus pares. Se les enseñaba a obedecer sin cuestionar
Los tiempos y las personas van conjuntamente cambiando, por lo creo necesario que se produzcan cambios en el ambiente y en los sistemas que lo rigen.
Actualmente, creo que el sistema se debe basar en brindar las herramientas necesarias para que el sujeto logre desarrollar su pensamientos. Es decir debe apuntar a formar seres pensantes no receptores del pensamiento.
En el mundo se encuentran otras instituciones que adoptan otros métodos de enseñanza, un claro ejemplo es la pedagogía Waldorf que se basa en la Antroposofía (sabiduría del hombre). Esta una corriente creada por Steiner un filósofo austríaco que se propone desarrollar un camino espiritual adecuado a la conciencia del hombre occidental moderno, un camino cognitivo que, tomando como punto de partida el pensamiento, desarrollase una ciencia espiritual complementaria de las ciencias naturales.
Muchas personas tienden a pensar que este tipo de escuela es poco exigente y poco estructurada. Sin embargo, los contenidos que se aprenden no sólo abarcan a los de la enseñanza oficial sino que los sobrepasan, tomando los aspectos de la educación artística, artesanal y técnica.
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